Según un estudio realizado por la Universidad de Chile, dentro de 10 años habría una reducción de al menos un 50 % en la disponibilidad de agua en los ríos, puesto que los caudales disminuirán como consecuencia de las altas temperaturas, situación que afectará al Valle del Aconcagua.
Además, las construcciones en los alrededores perjudicarán aún más el consumo de agua en la zona puesto que el recurso natural no podría llegar con la misma capacidad a todos los edificios instalados en las cercanías del Valle.
El estudio, además, indica que un 98 % del total del agua es utilizada con fines industriales, agrícolas, forestales y mineros, mientras que solo del 2 % del total es utilizado para el consumo humano, por lo que Chile se posiciona en el lugar 18 a nivel mundial respecto al extremo estrés del recurso natural.