A los 78 años, se confirmó el deceso del estadounidense Paul Alexander, quien a lo largo de su vida tuvo que vivir dentro de un "pulmón de acero".
Fue a principios de la década de los 50’, cuando el hombre contrajo la poliomielitis, lo cual provocó que sufriera una parálisis desde el cuello hacia abajo.
Aquello lo obligó a vivir conectado al dispositivo. Pese a eso, logró desarrollarse académica y profesionalmente, convirtiéndose en abogado y en escritor de algunos libros.
Alexander fue una de las últimas personas en seguir utilizando los llamados "pulmones de acero", los cuales comenzaron a quedar obsoletos en los 60'. De hecho, fue reconocido por el libro de los récords guinness, por ser el humano que más tiempo dependió de la estructura.
Cabe recordar que esta cápsula hermética, succiona el oxígeno, lo que permite una expansión de los pulmones y, por ende, la posibilidad de respirar.