Fue la semana pasada cuando el excomandante en jefe del Ejército Óscar Izurieta Ferrer, vivió la intensa interrogación hecha por la magistrada Romy Rutherford. En el escrito presentado por la ministra en visita de 755 páginas, se expuso que “admitió haber usado recursos provenientes de gastos reservados para fines distintos de los permitidos por ley”.
En su testimonio el militar admitió que el destino de algunos de estos fondos estuvieron destinados para cubrir los gastos de Pinochet y su familia, afirmando que el exgeneral "gastaba mucha plata", esto tras su al país, luego de estar detenido en Londres, ya que "generaba muchos gastos" porque se trataba de un general "que había que cuidar", por lo que tenía a su disposición médicos, enfermeros y escoltas. Ante esto Izurieta argumentó que "todo estaba amparado en el decreto supremo que avala custodiar a los excomandantes en jefe". Reconoció además que en algunas ocasiones Lucia Hiriart, "lo llamaba solicitando alguna ayuda económica" y admitió que el hecho se repitió en dos oportunidades y que cada vez se entregó un monto de $1.000.000.
Los recursos también estuvieron destinados para cubrir regalos injustificados, actividades con editores y periodistas de medios de comunicación. Finalmente, Rutherford luego del interrogatorio, informó el lunes que se someterá a proceso y además ordenó prisión preventiva para el exuniformado, aunque durante esta jornada la defensa solicitó libertad bajo fianza, petición que la magistrada aún no define si aceptar o negar.